Estocolmo. — El gobierno de Suecia anunció este martes un aumento histórico en su gasto en defensa, con la meta de elevarlo progresivamente hasta alcanzar el 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2030. Se trata del mayor plan de rearme del país desde la Guerra Fría, en un contexto de creciente tensión en Europa del Este y de redefinición de las alianzas estratégicas a nivel global.
El proyecto contempla una fuerte inversión para reforzar la capacidad militar sueca, incluyendo la compra de sistemas antiaéreos de largo alcance, artillería moderna, vehículos blindados, drones y grandes reservas de municiones. Además, se crearán nuevas brigadas mecanizadas en el norte del país y se reforzará la vigilancia marítima en el mar Báltico, zona que ha adquirido una alta sensibilidad estratégica en los últimos años.
Para financiar este ambicioso programa, el Estado sueco recurrirá a préstamos por un monto cercano a los 300 mil millones de coronas, lo que equivale a más de 27 mil millones de euros. A pesar del gasto extraordinario, el país mantiene una de las deudas públicas más bajas de Europa, lo que le permite ejecutar este plan sin comprometer su estabilidad fiscal.
El aumento del gasto militar responde, entre otros factores, a la preocupación por la amenaza rusa tras la invasión a Ucrania y a la percepción de que la seguridad colectiva europea debe fortalecerse, especialmente tras el ingreso oficial de Suecia a la OTAN en 2024. El gobierno también espera que esta decisión sirva de impulso para que la alianza militar eleve su meta de inversión en defensa al 3.5% del PIB entre sus países miembros.
La medida forma parte del nuevo presupuesto de primavera presentado por el Ejecutivo sueco, que también incluye inversiones en servicios públicos y deducciones fiscales para sectores como vivienda y renovación urbana. Sin embargo, es el componente militar el que ha captado mayor atención tanto a nivel interno como internacional, marcando un giro decisivo en la política de defensa de una nación tradicionalmente neutral.
Con este paso, Suecia se suma al grupo de países europeos que están reforzando sus capacidades defensivas ante un panorama geopolítico cada vez más volátil e incierto.