Por: Ricardo Rosario 2/2
En nuestro artículo anterior, reclamábamos que la Comisión para las Importaciones Agropecuarias, se reuniera para ofrecer al país los reglamentos de aplicación de la Ley de tasa cero, que favorece la implementación libre de aranceles de 67 productos de la canasta familiar.
Nos satisface sobremanera, la rápida y atinada respuesta por parte del ministro de agricultura, Limber Cruz y los demás ministros y miembros de esa comisión. Ahora lo que se espera es que las cuotas que se le asignen a las diversas empresas, federaciones, o asociaciones, tengan carácter público y que se vaya publicando por renglones en la medida que se otorguen.
Al mismo tiempo, que los solicitantes sepan que una vez, otorgada la facilidad, los productos deberán llegar a nombre de los titulares, ya que no se aceptarán endosos.
Es importante señalar que pese a las expectativas creadas con la Ley de tasa cero, el impacto de la misma no será tan rápido , debido a que persiste la problemática del transporte marítimo y el congestionamiento naval.
Cabe destacar que con el sólo hecho de anunciar la resolución que abre las importaciones con tasa cero, productos como el ajo, manejado básicamente por muy pocas manos, ha bajado su precio al por mayor de 90 a 70 pesos la libra y al detalle en algunos lugares el precio al consumidor ronda los 95 y 100 pesos y la tendencia es hacia la baja, según el libre juego de la oferta y la demanda.
Una recomendación que hacemos a las federaciones y asociaciones del comercio es que se integren al Grupo Detallistas Unidos y su programa de compras conjuntas, para que puedan acceder a las facilidades que ofrece el grupo en materia de financiamiento y acopio. Los consumidores merecen un respiro.