En una señal de acercamiento diplomático, China y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para reducir parcialmente los aranceles que mantienen sobre productos de ambos países, con el objetivo de aliviar las tensiones comerciales que han marcado sus relaciones en los últimos años.
El pacto contempla una disminución gradual de los impuestos a las importaciones, así como el establecimiento de un canal de diálogo económico permanente, orientado a prevenir futuras confrontaciones comerciales y garantizar una mayor transparencia en los intercambios bilaterales.
Ambas naciones coincidieron en la necesidad de estabilizar su relación, considerando el impacto global de sus decisiones económicas. La medida ha sido interpretada como un paso significativo hacia una mayor cooperación y una respuesta al llamado internacional por un comercio más justo y predecible.
El acuerdo entrará en vigor en los próximos días y se espera que tenga efectos positivos sobre los mercados internacionales, así como en sectores clave de producción y exportación en ambas economías.
