Santo Domingo.- La República Dominicana, como isla en el Caribe, enfrenta de manera directa las consecuencias del cambio climático. El aumento de las temperaturas, la elevación del nivel del mar, la intensificación de huracanes y las sequías prolongadas son solo algunas de las amenazas que ponen en riesgo la vida de los dominicanos y los ecosistemas del país.
El aumento del nivel del mar y la erosión costera
Uno de los efectos más preocupantes del cambio climático en la República Dominicana es el incremento del nivel del mar. Como nación insular, gran parte de su población, infraestructura y actividad económica se concentran en las zonas costeras. Ciudades como Santo Domingo, San Pedro de Macorís y Puerto Plata están en riesgo debido a la erosión de las playas y la intrusión salina en los acuíferos, lo que amenaza el suministro de agua potable.
Además, pequeñas comunidades costeras ya están experimentando desplazamientos debido a la pérdida de tierras frente al mar. La desaparición progresiva de playas también tiene un impacto directo en la industria turística, que representa una de las principales fuentes de ingresos del país.
Huracanes más fuertes y frecuentes
El Caribe es una de las regiones más vulnerables a los huracanes, y el cambio climático está intensificando estos fenómenos. En los últimos años, República Dominicana ha sido golpeada por tormentas más violentas, con lluvias torrenciales y vientos huracanados que destruyen infraestructuras, afectan la producción agrícola y dejan a miles de personas sin hogar.
El huracán Fiona en 2022 y las lluvias extremas de 2023 son ejemplos recientes de cómo los eventos climáticos extremos pueden causar estragos en la nación. Además, los costos de recuperación tras estos desastres naturales son cada vez más altos, representando una carga económica significativa para el país.
Sequías y escasez de agua
Otro impacto grave del cambio climático es la prolongación de períodos de sequía, lo que afecta el suministro de agua y la producción agrícola. El sector agropecuario dominicano, especialmente el cultivo de arroz, plátano y caña de azúcar, es altamente dependiente del agua. Las sequías prolongadas ponen en peligro la seguridad alimentaria y aumentan la vulnerabilidad de los pequeños agricultores.
En zonas como el Cibao y el sur del país, la falta de lluvias ha reducido el caudal de ríos y embalses, afectando tanto la producción agrícola como el acceso al agua potable para la población.
Biodiversidad en peligro
La flora y fauna de República Dominicana también sufren los efectos del cambio climático. Ecosistemas como los manglares, arrecifes de coral y bosques tropicales están en riesgo debido al aumento de la temperatura del agua, la contaminación y la deforestación.
Los corales, fundamentales para la protección de la costa y la biodiversidad marina, están experimentando eventos de blanqueamiento masivo debido al calentamiento del océano. Esto afecta a especies como el pez loro, que juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio marino.
Medidas y desafíos para la adaptación
Frente a estos desafíos, la República Dominicana ha implementado algunas medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático. El país ha fortalecido sus políticas ambientales, promoviendo energías renovables, reforestación y educación climática. También ha participado en acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, comprometiéndose a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, el camino hacia la resiliencia climática aún es largo. Es fundamental fortalecer las infraestructuras, mejorar la gestión del agua, reducir la deforestación y promover prácticas sostenibles en sectores clave como el turismo y la agricultura.
El cambio climático ya está afectando a la República Dominicana y sus consecuencias seguirán intensificándose si no se toman acciones urgentes. Como isla en el Caribe, el país está en la primera línea de esta crisis global y debe prepararse para enfrentar un futuro donde los fenómenos climáticos extremos sean cada vez más frecuentes.